Winters hand will freeze your heart again.
Doors will close, no time to start again. Nothing is given, except the ties
that hold us together.
El día era bastante soleado, apenas se asomaban unas nubes
en aquel cielo azul. Podía ver como el viento elevaba varios volantines,
revoloteaba el cabello de los niños que jugaban alegres por aquel día caluroso
después de tantas heladas. Fijo nuevamente su vista en aquel pesado y viejo
libro que se sostenía en la mesa, buscó
entre las letras la palabra en la cual había quedado, se quedo mirando esa
palabra tratando de entenderla aunque ya supiera su significado. “Juventud” sabía su significado palabra
por palabra del diccionario; energía, vigor,
tersura; esas tres palabras eran su definición favorita. Palabras que no la
definían a ella, su piel estaba blanca como papel por tan poca exposición al
sol, sus ojos acostumbrados a la luz de las velas lo más seguro –pensaba ella- que
se dañarían con otro tipo de luz, sus articulaciones le dolían por el poco uso
de ellas sólo para ir de la cocina al comedor, o de su dormitorio al comedor.
Esos problemas que debería tener una anciana de 70 o más años los tenía ella,
una chiquilla de corta edad.
Fading light may make a fool of me. Courage
fails, strength slip away from me. Lie still beside me.
Suspiró y volvió a ver el libro que tenía enfrente, era en
estos momentos en cuando deseaba ser lo suficiente valiente para salir de aquel
encierro y salir a jugar con demás chicos, pero temía demasiado de su
protector, del cual poco sabía ya que su institutriz poco le decía. Inspiró
hondo tratando de encontrar la poca cordura que le quedaba, aquella vida nunca
la pensó para ella, estar encerrada en una casa polvorosa obligada a aprenderse
cada línea de cada libro que había en aquel lugar. No le molestaba leer, es más
le fascinaba, pero también debía tener un descanso, no uno que se tratara de
tomar leche con galletas y seguir leyendo y aprendiendo. Un descanso verdadero,
en donde pudiera despejar su mente, interactuar con otros muchachos de su edad,
uno donde pudiera hacer amigos.
You’ve got time, you’ve got to try. To bring
some good into this world. Because you are young. Because you are young.
Unos ruidos la despertaron de aquel letargo en el que se
introdujo, unos pasos se acercaban. Su corazón empezó a latir con fuerza y
rapidez, tenía miedo. Tomó lo que tenía más cerca decidida a golpear a aquello
que se acercaba, se levanto, cerró los ojos y al sentir algo cerca de ella se
giro bruscamente con el libro en las manos de arma. Escucho un golpe secó y
abrió los ojos, frente a ella se encontraba un muchacho que miraba asustado el
libro a su lado. Rápidamente dejo el libro a un lado, el chico al ver aquello
tomó la mano de la muchacha y corrió hacia la cocina con ella detrás. Salieron
al patio y caminaron con precaución hacia la puerta trasera. El sol quemaba su
piel blanca y sus ojos ardían ante tanta exposición de luz, caminaba aturdida y
si no fuera porque iba siendo guiada lo más seguro es que se cayera. Abrió los
ojos al detenerse, se acostumbraron rápidamente y pudo ver aquellos colores que
solo veía en los libros, sonrió ante aquella maravilla y abrazó al muchacho.
Sabía que, aunque la encerrarán de por vida, ese sería su mejor recuerdo.
Sintió el sol en su cuerpo, calentándolo alejando el frío de la casa. Aquel día
se relajo y estuvo –casi- a la par con los demás niños jugando. Al regresar se
sentía una niña nueva, una joven tal cual definía el diccionario. Energía, vigor, tersura, aquellas
palabras ya tenían sentido para ella, ahora ya no era una joven vieja, si no
que era una joven más que disfruta el momento. Observo el libro en la mesa y
sonrió, se dirigió a su cuarto a descansar, ya que lo más seguro que mañana
sería un día mejor que este.